Son cada vez más habituales las noticias sobre ataques informáticos contra grandes corporaciones. Por ejemplo, han sufrido la fábrica Damm, el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) o el Hospital Clínico, este último el pasado 5 de marzo, quedando paralizado el 70% de intervenciones programadas durante días. En casi todos los casos, la finalidad es exactamente la misma: detener la actividad del atacado e imposibilitar el acceso a sus sistemas y datos, encriptando la información. A partir de ahí, se pide dinero a cambio de la clave que permitirá la desencriptación de los datos. Una publicación de la Comisión Europea Cybersecurity for Non-Profit Organisations, de…